Según el Reglamento de instalaciones térmicas en edificios (RITE), todas las calderas de gasóleo inferiores a 70 Kw, están obligadas a realizar una revisión de mantenimiento anual, realizada por una empresa mantenedora, la cual dejará constancia del buen funcionamiento y baja contaminación emitiendo un ticket del resultado del análisis de combustión.
No solo la normativa te indica la obligación de realizar una revisión anual, es más que recomendable realizar dicha revisión en calderas de gasoil, ya que, al ser un combustible líquido, se ensucian y desajustan con mucha más facilidad que una caldera de gas y teniendo en cuenta, además, como vienen de limpios a veces los gasóleos de calefacción, se hace más que necesario dicha revisión.
Por otro lado, está el consumo. Si nuestra caldera de gasoil está desajustada en potencia o sucia de hollín, el consumo de gasóleo se dispara. Pongamos por ejemplo que, por este motivo, esté consumiendo un 20% más, perfectamente factible, ya que, las calderas de gasoil, a medida que pasan los días, se van ensuciando los filtros, la inyección de gasoil varía, empieza a sufrir la bomba de gasoil, las arrancadas empiezan a ser peor, se ensucian los electrodos de encendido, disco deflector, etc… y esto provoca que la mezcla de aire y gasoil sea deficiente. Nuestra caldera de gasóleo empezará a ensuciarse de hollín, y esto hará que esté funcionando más horas y con mucho menos rendimiento. Un exceso de consumo de un 20%, hace que, por cada 1000 litros de gasoil, 200 litros se desperdicien, es decir, más de 200 €. Dinero más que suficiente para cubrir una revisión de mantenimiento. Además, realizando el mantenimiento, también evitarás averías. Si seguimos con el mismo ejemplo, por suciedad en los filtros, nuestra bomba inyectora de gasoil se gripará y habrá que sustituirla. Con lo cual, te encuentras con que, no solo ha estado consumiendo mucho más, sino que, además, hay que sustituir la bomba de gasoil, deshollinar, etc… y la factura sube considerablemente.
